Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2017

Carta a una manzana podrida

Me resulta patético que existas. El simple hecho de que respires me es torturante, puesto que en cada voluta de humo que emana la basura al ser quemada, estás. Más patético resulta que creas puedes tener a quien quieras a tus pies. Infantil. No, infantil no, la infancia es algo que de seguro no viviste, es por eso que crees puedes jugar con las personas. Y por supuesto, conmigo no lo harás. De hecho, nunca lo has hecho. ¿De verdad crees que clavaste un puñal en mi corazón? ¡Já! ¡Imposible! ¡No tengo! Cuando algún día tenga uno, te invitaré a que vengas a romperlo y a hacerlo añicos cuando gustes, pero como sé que no soy una persona digna de poseer corazón, te quedarás, lastimosamente, con las ganas de herirme. Quiero sentir halago al creer que tu cerebro no pudo deducir qué era cierto y qué no. Aunque bueno, jamás pensé que tuvieses cerebro. De antemano me disculpo: te subestimé al pensar que tenías el cerebro del tamaño de un maní. Y resulta que es del tamaño de una cuc

Ella no es una chica como cualquier otra

Ella no es una chica como cualquier otra. Ella realmente es diferente, significativa, especial, de esas que en el segundo que la conoces sabes que jamás encontrarás otra igual. Pero tenía los problemas que quizás cualquier otra chica pudiese tener: se enamoró perdidamente, resignándose a no esperar algo a cambio. Se enamoró tan fuerte que por mucho tiempo en su cerebro no cupo un pensamiento que no lo involucrara a él. *** Al principio, todo parecía una utopía, una dulce utopía. Le parecía imposible que él gustara de ella. No lo veía a diario, así que creyó que la casualidad de tenerlo en su vida desaparecía pronto, simplemente sería, como muchos otros pensamientos inalcanzables, algo pasajero en su vida —o al menos eso quiso hacerle creer a su mente—. Cuando lo veía, sentía una extraña conexión —pensó que lo mismo sentía él—, no eran mariposas sino algo probablemente más básico (o menos básico) puesto que sentía complicidad al verlo a los ojos. Eso: simple complicidad. Tenía

Triángulo

Esto está dedicado a ustedes dos, por haber dejado que yo permitiera que me rompieran el corazón de la manera que lo hicieron, de la manera más dulce y poética de todas: con acciones y palabras que ni ustedes mismos comprendieron jamás. Les juro que se los agradezco infinitamente. *** Estar en un triángulo amoroso se siente como correr por una carretera y darte cuenta que no tiene salida, como intentar beber agua de un vaso vacío, como correr al final del túnel para encontrar la luz y sentir que nunca llegas, se siente como golpearse el dedo chiquito del pie o como cuando te golpeas el codo y sientes que una corriente eléctrica te atraviesa por completo, es como sentir gusto por el blanco y el negro a la vez, como si estuvieses en el cielo y el infierno al mismo tiempo, es sentir ángeles y demonios en un mismo cuerpo . Es sentirse morir en vida, y puedo dar fe de ello. La sensación de infierno llega en el segundo que sabes que tal hecho ocurrió. Es como si el cuerpo