Cuando sabes que
tienes que hacer un cambio, la sangre se te enfría. ¿Has experimentado esta sensación?
Comenzar a caminar
por la izquierda no es fácil, cuando tenías la costumbre de caminar por la
derecha, o al menos, en ocasiones,
resulta incómodo el cambio, ¿por qué?
Desde mi punto de
vista, supone un nuevo comienzo cada cambio que hacemos, y cada comienzo
siempre es “kind of temible” porque tenemos
que realizar cosas que nunca habíamos hecho, que pensamos que jamás haríamos, o
que definitivamente no eran parte de nuestros gustos. Y cuando ejecutamos esas
acciones, estamos a la expectativa del Error-Acierto que vendrá, porque eso sí
tienen los cambios, que nunca sabes el resultado exacto de lo que pasará luego,
y aunque resultaría aburrido saber siempre qué pasará si hago esto o aquello,
estar acostumbrado a saber qué pasará nos da una sensación de seguridad, ¿o no?
Sí, hay que admitirlo, se siente bien, pero cambiar te puede traer muchas
nuevas sensaciones, y muy probablemente estas sean positivas, todo depende de cómo
veas el panorama. Recuerda que somos el reflejo de lo que vemos exteriorizado
en nuestra vida.
Hay muchísimas razones
por las cuales cambiar resultará divertido, beneficioso, e incluso interesante.
Estas son algunas destacadas, desde mi punto de vista:
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Podrás experimentar nuevas sensaciones
¡Sí! ¡Sí que sé de
esto! Cuando asumes un cambio, tu cuerpo actúa distinto, puedes pasar de sudar
frío a sentir un sustico que te paraliza o te temblarán las manos como nunca.
¡Pero calma! Esto es totalmente natural, es parte del proceso de adaptación que
realiza automáticamente tu cuerpo a la hora del cambio. O al menos eso creo. Déjate fluir.
Calma, que todo lo que sentirás no será terrorífico, después de un tiempo,
la adrenalina se torna placentera.
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Tu cerebro tendrá un mejor funcionamiento
Sin duda. Aunque
científicamente esto puede que no esté comprobado, estoy totalmente seguro de
que ocurre. Más que tener un “mejor funcionamiento”, considero que lo que ocurre
es que el cerebro pulsa la tecla de “o
sobrevivo o muero” y en situaciones de colapso funciona con su instinto animal.
A esto le llaman Cerebro Reptil. En fin. Cuando intentes hacer algún cambio, tu
cerebro no te abandonará, funcionará como una máquina que responde a mil por
segundo, tomarás decisiones sin posibilidad de arrepentimiento.
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Perderás cierto tipo de miedo
Esto es obvio. Pero
ocurre cuando ya has dado el paso, cuando ya has decidido cambiar, cuando te
has visto en el espejo y te has dicho “Quiero/necesito un cambio”, ¿y no es esto,
en su más grande expresión, símbolo de valentía?
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Tu grado de maduración aumentará
Por supuesto.
Aunque hay que tener cuidado. Muchas personas después que ejercen un cambio, se
vuelven aburridamente adultas. Es lo que yo llamo “envejecimiento prematuro”. Cuando
afirmo que uno madura, me refiero a que ya sabemos los riesgos que hay en
determinadas situaciones y aceptamos las
consecuencias que traigan, sean cuales sean. Con responsabilidad, calma y nada
de dramatismo.
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Escogerás las reglas de tu propio juego
¡Yupi! Este es la mejor recompensa de todas.
Recuerda que eres tú quien elije en qué persona desea convertirse. Tú y nadie
más que tú. Si quieres usar jeans en
lugar de faldas, si siendo hombre prefieres el cabello largo en lugar de corto,
si prefieres hacer Teatro que estudiar Leyes. Tienes total y plena oportunidad
de ejercer eso que conocemos como libre albedrío. ¡Ejércelo!
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Ahora bien, ya
tienes algunas razones que te resultarán
más fáciles sobrellevar el cambio, pero, ¿qué cambiar?
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Apariencia
Make over total. Sean
cuales sean tus deseos de cambiar físicamente. O al menos, lo que cubra tu
presupuesto, ¡Hazlo! Píntate el cabello, córtatelo o déjatelo crecer. Usa Converse
en lugar de tacones, déjate el bigote en lugar de usar la cara lampiña, o usa
tu barba con toda la dignidad del mundo aunque la gente crea que no te bañas. Se
trata de eso, de renovar tu apariencia física, que alguien te diga como si nada
“Hey, esa franela te sienta bien”, “Me encanta ese nuevo corte de cabello”.
Exactamente eso, por muy raro que parezcas, créeme que la confianza con la que
cuentes será suficiente para sentirte bien. Te lo digo yo, ¡que sé de cambios
raros y radicales!
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Costumbres
Esto puede resultar
tedioso, sí. Pero de eso se trata, ¿no? De cambiar, y cambio significa hacer cosas
distintas. Te sorprendería saber lo bien que se siente caminar un poco en lugar
de estar siempre en carro. Cambios, cambios, cambios. Duerme del lado izquierdo
de la cama si lo hacías diferente, mastúrbate con la izquierda en lugar de con
la derecha, escucha música hasta quedarte dormido, lee un libro que jamás
pensaste que comprarías, escucha canciones en otro idioma, aunque no entiendas
nada, también escribe cosas que nadie más que tú las lea. Hay un centenar de cosas
que puedes hacer distintas que te traerán tanta satisfacción, o una distinta
sensación. Nadie me lo ha dicho, lo he ejecutado y lo confirmo al cien por cien.
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Amigos
“¿Amigos?”
“¿Cambiar de amigos?” “¿Alfredo me está cambiando?”. Esta última solo tiene
validez si me conoces en persona y no hemos hablado por semanas. Y sí, cambiar
de amigos, o al menos alejarte de unos cuantos, conocer unos nuevos o conversar
con quien merece la pena. Y si nadie merece la pena, pues háblate, a ti. Pero
este es un punto polémico. En mi caso, tengo muuuuuchisimas personas conocidas,
o compañeros de estudio, pero mis amigos los puedo contar con los dedos de una
mano… y me sobran dedos.
Te recomiendo un
ejercicio: por un tiempo, deja de ser tú quien escriba primero, quien siempre
llame, o quien siempre busque, a ver cuántos se darán cuenta de este súbito
cambio. Inténtalo y escribe acerca de cómo te sentiste al respecto. Luego quema lo que escribiste y libérate de
ello.
Créeme cuando te
digo que puedes prescindir de tus falsos amigos más fácilmente de lo que ellos
pueden prescindir de ti, y esto no cambiará notablemente el rumbo de tu vida.
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Pensamientos
Este es el cambio
más difícil, pero no imposible, que puedes hacer, puesto que es un tema extenso,
ya que aquí va incluido no solo las ganas del cambio sino pensamientos,
creencias, además de la crianza y muchos etc que me da flojera explicar que has
cargado durante años. Pero sí se puede. Además, no tienes que cambiar tu color
favorito, no, no se trata de eso. Este punto es sencillamente el resultado de todo
lo que mencioné anteriormente, si es que te dignaste a hace algún cambio a tu
vida.
Explora nuevas opiniones,
escucha pensamientos distintos a los tuyos, es cuestión de cierto tipo de tolerancia.
Habla con un ateo, o con alguien de otro país. Deja de pensar que solo existe
la posibilidad de que el vaso esté medio lleno, u observa que el color negro no
es tan feo como aparenta. No creas nunca más que si naciste pobre, pobre morirás.
Las personas que se van del país son las que me parece a mí, representan bien
este punto. A esos seres valientes, en otro lugar, todo le resulta nuevo, todo
parece posible de creer. Infinidad de cosas. Que sea tu mente la que cree las
circunstancias que vives. El poder de la mente es invaluable, te lo puedo
asegurar.
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Algo que me dijo mi
psicólogo favorito fue: “Tienes el poder de decidir entre ser un insignificante
arbusto o un magnifico y gigante roble” ¿y adivinen qué sucedió después?
Mola!! Mi último cambio fue tan drástico, tan drástico... que cambié el tipo de pareja que me gustaba tener
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