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Cosas que NO debes hacer cuando estás despechado y posibles soluciones aparentes


Ø  Cosa número uno: Convertirte en agente privado del FBI. (En palabras de a centavo, ser Stalker profesional)

A este primer punto yo lo llamo, con el permiso de los psicólogos: “Miedo a hacerse cargo de uno mismo”.

Cuando acabas de terminar una relación (o acaban de terminarte) el organismo, si no se resigna, conduce al cuerpo (y yo sé de esto) a cometer cualquier tipo de estupideces para estar al tanto de la vida del otro.

El desespero de querer saber del otro comienza por ver su chat y si no bastara con eso, intentas retroceder el tiempo a base de mensajes, para encontrar el primer mensaje que recibiste de él o ella. Todo dependerá de cuán apegado estés. Pero si solo se tratara de mensajes… Luego, entras a su perfil, lo revisas de pie a cabeza, como si en tu inicio no apareciesen sus publicaciones. Y es que para más colmo, crees tener un poquito de dignidad y lo bloqueas, para luego arrepentirte y sentirte estúpido e inmaduro, porque por unos tres segundos te sientes mejor, pero cuando alguna amiga te pregunta: ¿Viste lo que publicó fulanito? Actúas normal, y cuando estás a solas comienza el stalkeo masivo, porque ya no solo es facebook, se le suman los likes que puede dar en instagram o algún retweet  en twitter. Y ni hablar de sus actualizaciones de fotos y/o estados de whatsapp casa 5 segundos. La tortura. ¡Qué cansancio emocional! Y la cosa se vuelve peor cuando te han dejado por otra persona, porque el stalkeo se multiplica, ya no solo es a tu ex al que stalkeas, sino se le suma la nueva persona que tiene en su vida.

Escudriñas tanto como puedes, como si la vida se te fuese en ello, y en parte se te va ¿y qué tiene de beneficioso esto para ti? ¡Absolutamente nada! ¡Y es que es tan obvio! Pero claro, el bendito cuerpo actúa como zombie y hace de las suyas cuando quiere y como quiere.

Para este primer punto, yo recomiendo que deberías hacer (como si yo supiera lo que de verdad tienes que hacer) lo siguiente:

·         Ocuparte. ¿De qué manera? Ordena tu cuarto, lava los platos o barre la cocina (¡Já! Como si fuese a hacer realmente tal cosa) Te aseguro que existen miles de cosas por hacer que has olvidado por dedicarte a enamorarte.

·         No esperar su regreso. Sí, se traduce a no revisar tu teléfono cada 5 segundos esperando un mensaje de él o ella, porque no llegará, y si llega, espero ya estés lo suficientemente sana/o para mandarle a la mierda.

·         Ve series en netflix como gorda comiendo helado. (Esta no aplica)

·         Ve a caminar, mira tiendas de ropa y pruébate tantas cosas como puedas a sabiendas de que no las vas a llevar. (Esta es de locos)

·         Píntate el cabello de negro. (¡Esta sí funciona!)



Ø  Cosa número dos: Escuchar canciones depresivas. (O lo que es lo mismo a escuchar canciones de Lana Del Rey, Mon Laferte o Adele)

A este segundo punto, con el permiso de Walter Riso, yo le llamo: “Ganas de seguir disfrutando estar triste”.

Cuando estás deprimido o deprimida, por la razón que fuere, (y más si te rompieron el corazón o te lo rompiste tú solito) escuchar canciones depresivas se convierte en una forma de “drenar” los pensamientos o las emociones, o los sentimientos o lo que sea que tengamos en nuestra mente o el corazón.

Tienes un playlist donde está “Despacito”, “Shaky Shaky”, “4 babys” o “Safari”, pero tus manos hablan por sí solas y se deciden por las canciones más tristes de toda la existencia de las canciones tristes.

Como si fuera poco, nos creemos el centro del mundo y al estar tristes consideramos que cada canción ha sido escrita para nosotros. Que cada canción está hecha a nuestra medida. Sí, lo curioso es que estando “bien” esto no nos sucede, pero estando tristes, hasta el reguetón (o como tal cosa se escriba) cobra sentido para nosotros. Y es que cada nueva canción que escuchamos “pega” más con nuestra tristeza.

Pero si solo se tratara de uno o dos días en el que tal cosa nos pueda suceder. Pero no. Y la cosa se agrava cuando nos sentimos a gusto estando así, tristes. Porque sí, sucede, y es la cosa más cruel que podemos hacernos a nosotros mismos: saber que nos estamos haciendo daño, pero seguir haciéndolo porque lo disfrutamos. Y es que, ¿qué pudo haber sucedido para que permitiéramos que tal cosa pasara? Probablemente todo es culpa del stream media. De la publicidad.  De la televisión o el cine. O de mi mamá.

Siguiendo con el pensar de que “supuestamente” yo tengo la capacidad de recomendar posibles soluciones a los problemas existenciales de los demás, les digo que para afrontar este segundo punto, lo que deberían hacer es lo siguiente:

·         Colocar HTV aunque lo detestes.  Al menos por una hora. Sí, puede ser torturante, pero te aseguro que habrá alguna canción que te hará mover al menos la cabeza.

·         Cantar frente al espejo con tu cepillo como micrófono. No importa si cantas alguna canción triste, lo dejarás de hacer cuando te des cuenta de lo patético que te ves cantando frente al espejo, y si tienes suerte, reirás.

·         Decir chistes malos. A mi mejor amigo siempre le funciona, y no porque siempre esté depresivo, sino porque de una u otra forma un mal chiste siempre da risa.

·         Tratar de escuchar “Mi Gente” de J Balvin y no bailar. (A ver si puedes)



Ø  Cosa número tres: Creer en todo lo que te dice el horóscopo. (No aplica para Horóscopo Negro, a él créanle, siempre).

A este tercer punto, yo lo llamaré: “Desesperadas ganas de que el destino esté a mi favor”

Como si los hechos factibles no fuesen suficiente demostración de que las cosas afectivas no te están yendo del todo bien, corres a leer el horóscopo en dos momentos de tu vida:

El primero, cuando comienzas la relación. ¡Pero claro! Este es el momento donde buscas qué tan compatibles pueden ser (Compatibilidad entre Acuario y Escorpio = cero).

El segundo, cuando se acaba la relación, es ahí donde las cosas se tensan creyendo que el horóscopo te dirá la verdad, aferrándote tontamente a la esperanza estúpida de que dirá algo como “tranquilo, te ama a ti” o “ten calma, más temprano que tarde volverá arrepentido” o tal vez “ha tenido un mal día, por eso tomó decisiones equivocadas, pero ella volverá a ti”. ¡Pendejo!

Cuando la desesperación se ha apoderado de ti, comienzas a leer su horóscopo diariamente, semanal y hasta mensual. ¡Y qué vaina más ridícula! ¡Como si tú vida dependiera de lo que un patético horóscopo puedan vaticinar! (Esto último no aplica para Horóscopo Negro)

Para combatir esta manera de ver las cosas, recomiendo lo siguiente:

·         Que solo se queden esos pensamientos ahí, en el horóscopo. Si piensas en ir a un brujo, la cosa se pone peor, tú mente se distorsiona más (¡y yo sé de distorsiones!)

Pd: si de verdad consideraste el ir a un brujo, deberías cambiar la ruta hacia un psicólogo.

·         Lee sobre curiosidades del cuerpo o ve cuentas de twitter donde muestren a plenitud del sarcasmo, o de la naturaleza.

·         Ten un diario y cuéntale las cosas más oscuras que serías capaz de hacer.

·         Crea un blog y has pública lo patética y trágica que puede ser tu vida amorosa (Sí, como yo).


Ø  Cosa número cuatro: Intentar sacar un clavo con otro clavo (o en otras palabras, buscar a tu ex en otro ser humano)

A este siguiente punto yo lo llamaría: “Desesperadas ganas de satisfacer nuestra propia necesidad”

Sí, es que eso es lo que buscamos en el fondo. ¿No lo han pensado con calma? Bueno, probablemente yo no sea el más indicado para explicarlo, por eso mejor citaré las palabras de dos personas.

Persona número uno: Fernando Pessoa, escritor portugués. Dice lo siguiente:

“Nunca amamos a alguien: amamos, solo, la idea de que tenemos a alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos”

Persona número dos: Krishnamurti. Él expresa en El Libro De La Vida lo siguiente:

¿Cuándo pensamos en la persona amada? Cuando se ha ido, cuando está lejos; cuando nos han dejado. Así, pues, echamos de menos a quien decimos amar, solo cuando estamos perturbados, cuando sufrimos. Mientras poseemos a esa persona no tenemos que pensar en ella, porque en la posesión no hay perturbación alguna.

¿Y por qué eso no nos queda claro desde que aparece la separación y ya está? ¡No! ¡Claro! ¡Otra vez el cuerpo se empeña en jugarte una de las suyas! Y esta vez, te empuja a buscar a otro (como si lo fueses a encontrar a la vuelta de la esquina) para olvidar a tu ex. Triste.

Es automático. Piensas “Tengo que sacármelo de la cabeza como sea”, te escribe un “hola” el Yeferson y con ese te lanzaste a la playa dos días y puede que la hayas pasado hasta bien, ¿pero ya se fue? ¿No se ha ido de tus pensamientos aun? Ok. Hora de ir nuevamente a la playa con el Yeferson. Aunque, como diría mi amiga Lila; “También depende del clavo, mi amor”. Y es que acepto la posibilidad de este tipo de “desapego” que pueden tener muchos, pero la cuestión se poner peor cuando no ves a algún Yeferson a 50 kilómetros a la redonda y te desesperas por encontrarlo. Es que podemos llegar a ser tan despiadados y pensar que aún el chamito del kínder sigue enamorado de nosotros. ¡Y corres a escribirle! ¡Y a romperle el corazón! Tanto al del kínder como al Yeferson.

Este tipo de decisiones apresuradas pueden llegar a traer consecuencias, por tener sexo con algún desconocido, o con dos, o besarte con alguien en una discoteca, o aceptarle la cola a un extraño, o tener sexo sin protección, o te da una venérea o una hinchazón de nueve meses en la panza. Pensar no cuesta nada, solo es cuestión de dos o tres segundos el tiempo en que puedes decidir una buena elección, como salvar tu vida.

Para prevenir todo esto, solo recomiendo lo siguiente:

·         Llorar horas, días si es posible. Con todas las lágrimas que tengas. Hasta que se acaben.

·         Buscar esos amigos que habías echado a un lado por tu relación amorosa.

·         Leer libros que empoderan, como “Confesiones de una puta cara” de Francisco Celis.



Existen muchas más cosas que NO debes hacer si de verdad quieres salir del hueco.

Llamar desesperadamente una y otra vez, pedir otra oportunidad, prometer que vas a cambiar, pedir explicaciones a preguntas que te atormentan, suplicar, esperarle sentado en la puerta de su casa, llorarle, mandar mil mensajes diciendo “esto es lo último que te escribo”, despedirte cien veces más, grabar notas de voz llorando y enviárselas, y muchos etc que encajan perfectamente aquí, alejan más a la otra persona de lo que puedas imaginar; le das a confirmar más su desamor, su rechazo, su ida. Es automático, cuando nos gusta alguien y le demostramos que estamos derretidos por ese alguien, dicho alguien perderá su interés, créeme, síguelo y ve cómo se esfuma su interés por ti, si es que le quedaba algo.

El primer paso siempre está en uno. Considero que cuando estamos mal, existe una estrecha línea que debemos decir cruzar para salvaguardar nuestra dignidad, si es que queda tal cosa en nuestro cuerpo y mente. Y hago énfasis en “decidir” porque siento que esa es la clave: decisión. Pero decisión pura, firma y libre de metástasis. Decidir no sufrir más porque ya la situación se salió de control. Porque ya nada podemos hacer cuando nos dejan y nos hacen a un lado.

En “Enamorados o Esclavizados” Walter Riso dice lo siguiente (que realmente cualquier persona puede pensar, con lógica, pero claro, él es psicólogo y famoso, y dijo esto mucho antes que yo, así que los créditos de tal pensamiento no me pertenecen):

Hay que sacar a flote la dignidad más sentida: no te merece quien te lastima. Si te dejan, que no vuelvan. Si no te quería, ¿no es mejor que se haya ido?

Julio 8, 2017.

Comentarios

  1. Este artículo lo disfruté y me hizo reír mucho por la frescura de su contenido.

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  2. Me pareció curioso el contenido a lo que interpreto como la voluntad e inteligencia del cuerpo totalmente independiente de las emociones y el intelecto. En algunos segmentos de algunas investigaciones propias de mi innata curiosidad, me encontré con información referente a esto y lo resumo de esta forma. Desde el punto de vista energético, el cuerpo, tiene una energía más densa, ya que está acostumbrado a la dinámica que pueda tener diariamente y esto no sólo implica sexo, sino las miles de actividades que realiza a diario.
    Cuando existe una ruptura, es el que más tarda en adaptarse a la situación de ruptura. Lo primero en aceptarlo es nuestro cerebro (se toma su tiempo, pero es el que más rápidamente lo asume). Luego las emociones que toman mucho más tiempo en procesar el impacto emocional (un ejemplo clásico es la partida de un familiar, o su muerte) que son los equivalentes de una manera mucho más dolorosa, a la ruptura. Por último, se encuentra el cuerpo. En esto, existe un ejemplo que puede ilustrarlo mejor: Las manos de los pianistas o bateristas o cualquier músico, tienen una memoria. Tal vez hayan dejado sus estudios, pero cuando lo retoman, no saben cómo es que se acuerdan. (Las partes de su cuerpo empiezan a recordar mecánicamente). Esto igualmente sucede con coreógrafos, bailarines, cantantes, etc. El cuerpo en definitiva, tiene una memoria independiente del cerebro que la alberga.

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  3. Por otro lado, tengo que resaltar algo que a mí misma me ha costado comprenderlo (desde el punto de vista emocional, no mental) y aceptarlo es más difícil de lo que se sentencia y esto es que el amor debe fluir como las aguas de los ríos. ¿Qué sucedería si el agua se estanca? Es caldo de cultivo para la creación y reproducción de insectos y por ende, se pudre. En este sentido, mi punto de reflexión es ¿Entonces la otra persona está condenada a estar con nosotros como si fuera nuestra sombra? No pudiera tener una vida propia y divertirse (teniendo esta palabra como el esparcimiento san so y equilibrado) como cada uno de nosotros lo haría libremente? Pero si somos un pocos más críticos con nosotros mismos, lo que manifestamos realmente es el sentido de la posesión o tenencia y dejando a entrever a todas luces el miedo promotor al abandono. Es decir, el amor seguiría existiendo. Pero infortunadamente asociamos el hecho de que la presencia de la otra persona con nosotros, es sinónimo de que nos quiere y si no está, entonces nos dejó de amar y de repente nos encontramos vacíos. La sociedad también asume esto como un completo fracaso porque la tenencia de una pareja es asociada con el éxito y la felicidad. Sinceramente considero que es un concepto que se encuentra bien alejado del amor y que estamos culturalmente configurados para asociar amor con tenencia de pareja.
    Por esa razón es imposible que el amor sea encontrado. Es que definitivamente nunca ha estado fuera. Se asume el encontrar una pareja por esta sensación de separatidad y hasta la mercadotecnia lo ha puesto como el "encontrar" a tu pareja, como si el amor estuviese afuera de nosotros. No puede estarlo jamás y por eso nunca puede ser "encontrado". Porque al tener una pareja, concebimos que empezamos a VIVIR PARA ESA PERSONA y dejamos de prestarnos atención a nosotros mismos. En última instancia, nos abandonamos. Y ¿Cómo se puede querer a alguien que se abandona, que no se habita o alimenta su propia vida? esto instintivamente la otra persona lo percibe y su percepción también instintiva, es que ya no hay amor y que abandonaste todo para poseerlo. No se puede TENER. Simplemente es y al darnos cuenta de ello, se manifiesta y lo disfrutas naturalmente. Lo TIENES en ti y naturalmente lo compartes.
    Esto es una reflexión que hago a partir de las dos posiciones. La persona que ama y el amado. No se trata de defender o tomar partido de alguna. Sino de todas las leyes de causa y efecto en recepción mutua.
    Somos seres completos. No hay una fragmentación relativa a lo que nos "taladran" de la Media Naranja. No existe. El amor se cultiva en nosotros y es por eso que lo damos y este debe tener reciprocidad. Es un acto de fe. De la manifestación del propio poder en nosotros mismos. Al creerlo y crearlo, estoy completamente segura que esa persona decidirá compartirlo, sin ni siquiera reparar en el tiempo que se pueda estar juntos.

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  4. Buenas tardes amigas, yo estoy en una cituacion de despecho que nunca me iba a imaginar porque no soy ese tipo de persona, mi ex y yo duramos 10 años de relacion, hace un año terminamos y nos distanciamos quedando en buenos terminos, nos volvimos a reencontrar pero en este caso el me uso, queria ilucionarme haciendome pensar que aun me amaba cuando ya tiene una relacion con otra persona. y ahora yo no entiendo mi despecho, pense que le habia superado ya hace muchisimo tiempo pero ahora siento que lo necesito y que mi vida nunca saldra a flote si el no esta conmigo, no tomo, no fumo, sigo llorando y ya empece hablar con mis amigos pero aun asi esta amargura y este calor en el pecho no se me va.

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  5. Dios! Primera vez que me enamoro (sólo, por lo visto), primera vez que me rompen (o rompo) el corazón y este artículo es lo mejor que me ha pasado Jajajaj... Gracias!


    Pdta: Comentario para desahogarme....

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