El silencio también es una respuesta Tal vez la más clara de todas. Mis caléndulas no inyectan beneficio a este cuerpo que envejece, grita y llora. Y todo ha sido un castillo de arena, caos y palabras, que riman consonante al sentimiento que se hundió. ¿No lo ves? Es como la lógica del jankenpón; la piedra no pudo nunca vencer al papel. Porque es pura fantasía la relación que tengo conmigo. Cada segundo nos vamos pintando y pintando, mientras nuestra personalidad se va quemando, porque cada día soy otro y nunca una estrella duró para siempre. Cambiando de camino a cada instante, hilarante, sonriente. Estando cara a cara a mis sueños sin cumplir y caminando hacia el peligro de olvidar quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, de olvidar que el que quiere estar de a ratos te demuestra simplemente que no quiere, de olvidar que las manos temblarán cuando corte alguna flor, porque caer a pedazos no cuesta nada cuando sientes vergüenza de ser embustero, porque siempre espero esas palabra
Un vaso de leche El calor de las llamas se expandió por toda mi piel al lanzar un pedazo de madera a la candela. No era molestoso, de hecho, me gustaba ser el encargado de que no se apagara por completo el fuego. Estábamos a unos cinco metros de distancia de las llamas, así que cuando volví a unirme al círculo que habíamos formado, pude ver mucho mejor las caras de todos. Mi hermana, su novio, mi abuela, mi mamá y su bebé, una tía, mi hermano menor, dos amigas vecinas y a mi lado, nuestro perrito, Hitler. Estábamos todos sentados formando un círculo perfecto en el patio trasero de la casa. La electricidad se había ido no solo en mi casa, sino también en casi todo el país. Era el momento perfecto para contar historias de terror. Mis favoritas. Desde mi derecha hasta llegar a donde estaba yo oí muchas de las más aterradoras historias que jamás creí escuchar. Supe que ninguno dijo mentiras por sus maneras de hablar y sus miradas perdidas al momento de contar cada historia. Cad